domingo, 8 de diciembre de 2013

Oh my teeth! Lesiones dentales en hockey y deportes de contacto

Afortunadamente no ocurren con frecuencia, pero cuando lo hacen no pasan desapercibidas y son comentadas más allá del campo.

Las lesiones dentales en deportes de contacto, como el hockey, son accidentes de los que algunos jugadores han sido víctimas. A fin de cuentas en este deporte se juega con un palo y una bola dura. Las bolas elevadas, los gestos imprudentes o una mala técnica para defender el uno contra uno... son algunas de las situaciones que provocan estos accidentes, y aunque el reglamento de este deporte ha evolucionado sancionando algunas de ellas para aumentar la seguridad del juego, no siempre se pueden evitar todas.

La mayoría de las veces que se produce una lesión dental en un partido existe un gran desconocimiento entre las personas que se encuentran a pie de campo sobre cómo se debe de actuar. En los banquillos de cualquier deporte no hay odontólogos, en hockey incluso apenas médicos, pero si suele haber fisioterapeutas como profesionales sanitarios. Por ello, y aunque no sea su campo, que tenga unas nociones básicas de cómo actuar cuando se producen puede ser clave para las secuelas que pueda sufrir el jugador.

¿Se puede reimplantar un diente si se cae? ¿Se debe meter en agua? ¿En leche?...

¿Y aquí que tenemos que hacer? (Y sobre todo, ¿por qué hemos llegado a esto?)

Por este motivo hoy contamos con la colaboración de la odontóloga Raquel Alonso. Raquel, que ha atendido a muchos jugadores de hockey en su consulta, nos sintetizará hoy estos primeros auxilios, y sobre todo y antes de eso, la prevención que debemos promover entre nuestros jugadores para que estos accidentes directamente no ocurran o sucedan las menos veces posibles.

   


Las lesiones dentales en el deporte


El impacto de una bola, un palo o simplemente un codazo puede no sólo producir la fractura de un diente, sino la laceración de los tejidos orales, es decir, heridas; o incluso la fractura de la mandíbula. En la consulta del dentista se encuentran a diario las consecuencias de estos traumatismos en el deporte. Además normalmente no se producen en la muela de más atrás, sino en incisivos superiores, siendo el mayor reto para el profesional conseguir un resultado estético aceptable para el paciente.

Por ello hoy hablaremos principalmente de cómo prevenirlos y, en el caso de que ocurran, de qué es importante saber y hacer en los primeros momentos para minimizar sus consecuencias.


¿Qué debemos de hacer para prevenirlas en un deporte como el hockey hierba?


  • Lo primero: ¡No exponerse! 


Aunque estas lesiones también se producen con la bola, muchas de ellas se producen por golpes con el palo en las jugadas de uno contra uno. Por ello en estas jugadas tener una técnica segura, además de eficaz, es básico para no ser una diana de lesiones. Algunas veces los jugadores que sufren traumatismos de este tipo suelen ser jugadores que a menudo se llevan golpes debido a una incorrecta técnica. Por ello recuerda, ¡nunca entres por detrás! Y repasa cómo hacer bien los tacles, para lo que remitimos a la entrada anterior sobre este tema (http://fisiohockey.blogspot.com.es/2013/03/nunca-se-entra-por-detras-o-lo-que-nos.html)


  • Lo segundo: ¡protegerse! 

El protector bucal. Tan amigo del jugador como deberían serlo sus espinilleras, pero vemos que en realidad un gran porcentaje de jugadores no lo utiliza. Estos dispositivos protegen dientes, tejidos blandos, la mandíbula e incluso pueden dismimunir el riesgo de sufrir una conmoción y una hemorragia cerebral si sufrimos un golpe en la cara, al amortiguar este impacto y evitar que la parte más alta de la mandíbula golpee y rompa la base del cráneo.

El protector bucal que utilicemos en la práctica deportiva deberá cumplir unos requisitos básicos:

          -  Tener una buena retención y un correcto ajuste, es decir, que no se nos caiga. 
          -  Que permita hablar, respirar y beber líquidos. 
          -  Un espesor de 4 milímetros.  

Además es recomendable que sea insípido y carezca de olor. Normalmente se coloca en la arcada superior y puede ser utilizado a pesar de llevar ortodoncia. Existen dos tipos principales de protectores bucales:

  • Los prefabricados de hervir y morder: los clásicos que compramos en las tiendas de deporte. Se mete en agua hervida para que sea haga deformable y lo mordemos después para darle la forma de nuestros dientes. Estos protectores son los más utilizados por su fácil acceso y su bajo precio, pero presentan grandes inconvenientes:  
         -  Son muy finos, por lo que no protegen correctamente.
         -  No permiten ni hablar ni respirar bien, lo que provocará que
            muchos jugadores dejen de llevarlo.
         -  Se caen con facilidad.

  • Hechos a medida: estos se hacen en el dentista, a partir de modelos tomados de la boca del paciente. 
         -  Son cómodos y se sujetan bien a la parte superior de la mandíbula,
         -  No se caen y permiten hablar y respirar cómodamente.
El principal inconveniente que tienen es su alto coste, alrededor de los 200 euros. Esto parece mucho comparado con los 15 que nos pueden costar los prefabricados. Sin embargo, éstos no tienen unas características adecuadas y además los deportistas que los usan no están cómodos y a menudo dejan de utilizarlo. Quizás el precio de un buen protector de hockey no nos parezca tan alto si tenemos en cuenta que una corona cerámica cuesta alrededor de 600 euros, y un implante y su corona 1.300. Por no decir, que todas estas soluciones nunca van a ser tan estéticas como nuestros propios dientes y van a limitar para el resto de nuestra vida cosas tan cotidianas como poder comer una manzana o un bocadillo.

Por tanto, todos los jugadores deberían pasar por su dentista para hacerse un protector incorporándolo como parte de su material básico de juego.


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Primeros auxilios en caso de producirse



Siempre que ocurra una lesión dental, tendremos por seguro que algo no hemos hecho bien cuando no se ha prevenido. Pero ya producida tendremos que centrarnos en actuar correctamente en el mismo momento que ocurra, ya que esto puede variar mucho las secuelas que deje al jugador, especialmente si es un niño. Dependiendo principalmente de la edad las lesiones que se suelen producir son diferentes y, por tanto, deberemos actuar de distinta manera:

1. Niños: Luxaciones y avulsiones de dientes.

Los niños tienen un hueso muy esponjoso, por lo que al sufrir un traumatismo normalmente se produce una luxación del diente o la avulsión del mismo. Es decir, la pieza se mueve o se cae entera pero sin romperse. Si es un diente de leche, que suelen durar hasta los seis años, no hay repercusiones. Pero a partir de esta edad, si es en un diente definitivo una rápida intervención hará que las consecuencias del traumatismo sean menores.

Lo primero que deberemos hacer en caso de caerse es localizar el diente. Lo más frecuente es que se haya caído por el suelo, si no lo encontramos hay que buscar por la boca, prestando especial atención al paladar. Muchas veces se queda impactado contra este y por mucho que lo busquemos no lo encontramos. 

Una vez localizado:  -  Coger el diente por la corona, nunca por la raíz. 
                                      -  Lavarlo en un grifo sin cepillo. 
                                      -  Llevar al niño al odontólogo urgentemente.

Un diente no es un tejido inerte, sino que está vascularizado e inervado. Para mantenerlo vivo hasta llegar el dentista deberíamos meterlo en una solución salina, leche fría, saliva del propio paciente, o, en el caso de no haber otra cosa, agua. Lo ideal sería llevarlo en solución salina de Hank, la cual se vende en farmacias. 

En el dentista se recoloca el diente y se feruliza con los adyacentes para inmovilizarlo. Si esto se hace durante las primeras horas el pronóstico de que el diente cicatrice sobre el hueso revascularizandose y reinervándose es muy favorable. De no realizarse esto durante las primeras horas el diente muere, quedando con una tonalidad negra si se reimplanta o teniendo que colocarse una pieza artificial.

Por eso es primordial contactar rápidamente con vuestro odontólogo para que valore los pasos a seguir. Si el accidente se produce en fin de semana, muchos dentistas trabajan sábados o estan localizables los domingos. Pero conociendo ya de antemano que esta es la manera de proceder en caso de urgencia, lo recomendable sería que los clubs tuvieran a uno de estos profesionales como referencia para tenerle localizable en caso de accidente durante el fin de semana. Puede ser muy importante para el jugador que sufra el accidente.

De optarse por llevar al jugador al servicio de urgencias, el jugador será atendio en el mejor de los casos por un médico maxilofacial (no siempre suele haber este tipo de especialistas en el servicio de urgencia) que aun conocimientos para realizar este procedimiento no siempre disponen del material necesario ya que el servicio que se presta a nivel hospitalario se dirige a otro tipo de casos. De ser atendidos por médicos generales, lo único que pueden hacer es indicar medicamentos para evitar infecciones y disminuir el dolor hasta que se acuda al dentista, que según lo que hemos contado si es al día siguiente la secuela será permanente.

Por tanto, hay que guardar el diente en solución salina y acudir al odontólogo en el menor tiempo posible.


2. Adultos: fracturas dentarias y luxaciones. __________________________________________________________________________________

En los adultos, al tener ya un hueso duro, tras un traumatismo el diente no se arranca sino que se suele partir. El pronóstico de este tipo de lesión dependerá de la parte del diente afectada. Se puede romper únicamente el esmalte, el esmalte y la dentina o verse afectado el tejido nervioso que se encuentra en el interior del diente, conocido como pulpa

En el caso de que sólo se haya fracturado el esmalte o éste y la dentina, la solución es la realización de una reconstrucción del diente (empaste). Se ha de controlar la evolución del diente. Si se observase algún tipo de patología, como puede ser que el paciente deje de notar frio o calor en el diente o la aparición de un absceso esto nos indicaría que existe algún tipo de patología en el tejido nervioso (pulpa). En aquellos casos en el que la lesión haya llegado a este tejido se deberá endodonciar el diente. A nivel estético, el problema más frecuente es el cambio de coloración del diente, siendo, en muchos casos, muy complicado poder enmascararlo con la restauración. 

De no llegarse a romper el diente y producirse una luxación, es decir, un movimiento de los dientes normalmente hacia atrás por el impacto desde fuera, deberemos tratar de devolverlos a su posición cuidadosamente para que mantengan la vascularización y promover la cicatrización en su sitio correcto, y después, como en el caso de las avulsiones en niños, llevar al jugador al dentista urgentemente.




CONCLUSIONES


Jugadores, prevenir es mejor que curar y nunca hay que bajar la guardia. Si no lo teneis ya, acudid a vuestro dentista de confianza para completar el que debería ser vuestro material básico para jugar. Además, refrescad en hockey vuestra correcta técnica en la defensa del uno contra uno para no exponeros a estos traumatismos.

Entrenadores, especialmente desde la base. ¿Si no dejamos a un niño jugar sin espinilleras por qué si sin protector bucal? Que un jugador asimile esta costumbre es responsabilidad nuestra y deberíamos promoverla para que el uso del protector empiece a ser un equipamento básico y no una particuliaridad de los jugadores más cuidadosos. A parte, mostrar la enseñanza de la correcta técnica en el uno contra uno debe empezar a ser concepto bien trabajado desde escuelas hasta senior, y no un comentario de pasada cuando ocurre alguna situación peligrosa. Por el rendimiento del equipo y la integridad de los jugadores que disfrutan este deporte.

Fisioterapeutas, instemos a nuestros jugadores a llevar el protector como un equipamiento básico más de protección. Y en caso de producirse una lesión dental en el terreno de juego, estemos informados del protocolo básico de lo que se debe hacer. Añadir la solución salina de Hank en el botiquín será seguro una buena adquisición, cuyo objetivo primero será no tener que utilizarlo.

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